Dedicamos este escrito a nuestros
hermanos de la vecina nación haitiana...
Juana se toma un vaso de agua.
Son las seis de la tarde.
Es lo único que ha "masticado" en el día.
Tres muchachos son sus críos.
Ella espera impaciente.
La llegada de Timoteo.
Timoteo es su amado.
El acciona en el cañaveral.
Una mocha y una caña.
Son sus compañeros en la faena.
El regresa, para en el conuco.
Corta un racimo de guineo.
Lo lleva a su última morada.
Luego de la faena.
Ella continúa esperando.
Las leñas están preparadas.
Los fósforos también.
Timoteo llega.
Tira la carga.
Corren sus críos hacia el.
La sal está preparada.
Los guineos ya están pelados.
El agua está hirviendo.
Se mezclan el mineral, el líquido y el alimento.
La espera ha valido la pena.
Al final del día la comida.
Es un plato de guineos con sal.
Es la vida del barracón.
Así se vive en el batey.
Esperando el otro día.
Oscar Gómez, abril 2007
viernes, 19 de febrero de 2010
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