La noche se vestía de día
Y mientras el placer resplandecía
El zigsagueante movimiento
Nos llevaba a culminar el episodio
Antes, sin embargo, hubieron sonrisas
Hubieron deseos
La pasión se hizo silente
Y el quejido se convirtió en llanto
De nuevo, en pocas horas,
El día cedió su paso a la nocturnidad
Entramos al espacio del encuentro y
Desnudamos nuestros cuerpos
Dos en uno se juntaron
Se pasearon uno al otro y
Descubrieron, apasionadamente,
Cada cual su grafianatomía
El embullo sudorífico
Latía el corazón apresurado
Me envolvían las fibras húmedas de tus cabellos
El sollozo permanente alimentaba el acto
Aunque creo en la libertad
Allí quería permanecer prisionero
De tus piernas, de tu cuerpo;
Y más aún, de tu sexo, de tu olor
Las pieles rasgan los sentidos
La locura en su máxima expresión
El final se acerca
Se entrecruzan los genitales, germinó la realidad
OSCAR GOMEZ
21-MAYO-03
viernes, 27 de noviembre de 2009
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